22 de abril de 2025
La regulación del ciclismo de carretera

Los que vivimos en la comarca de la Marina Alta hace unos cinco años que circulamos por nuestras carreteras haciendo una especie de slalom entre ciclistas. A veces me parece que soy Chente García Acosta, desde el coche en plan "la fuga de la fuga".

No hace falta que me ponga a enumerar las situaciones en las que esta gente nos pone cuando va haciendo grupos de decenas o cientos, o bajan trazando las curvas por el carril contrario "dándolo todo", o hacen un cambio de sentido donde les sale de los huevos. Lo que no acabo de entender es cómo se permite que cualquier mindundi monte una S.L. y se ponga a organizar aquí grandes marchas sin apenas permisos y les gestione alojamientos, custodia de las bicis y toda una serie de servicios. ¿Quiénes son esos tíos para vender o alquilar nuestras carreteras? Si yo he estado aquí toda la vida pagando impuestos y no tengo ni tren, ni AVE, hasta hace poco aún tenía que pagar peaje para usar la autovía, si lo único que tengo es una carretera comarcal de la que me tengo que valer para vivir y trabajar, ¿de qué manera se permite que vengan unos tíos de Alemania a bloquearla e impedirme circular a una velocidad normal?

Aparte están los coches que me encuentro por el carril contrario, que adelantan sin ver nada y me esquivan in extremis.

Es para mí un gran misterio por qué están todos aquí, por qué no se reparten por el resto de España. Yo he viajado en moto por prácticamente toda la piel de toro, y en Soria, Palencia, Salamanca, Ciudad Real o Asturias hay carreteras estupendas en las que puedes echarte una siesta sin que nadie te moleste. Las carreteras tienen esa cualidad de estar repartidas. ¿De dónde ha surgido ahora ese borreguismo de ir todos a hacer ciclismo al mismo sitio? Parece que hay un ejército de cretinos grabando vídeos en YouTube en todos los idiomas llamando a venir aquí a pedalear. Parece que hay incluso un tío que ha montado un macrohotel especializado en ciclistas.

Estos tíos de Europa antes venían a las playas y vivían en sus propias urbanizaciones, pero ahora ya se meten por todas partes. Ahora nos ven más parecidos a ellos y ya quieren meterse en las mismas fincas de vecinos a base de alquiler vacacional, y esto ya no me hace gracia.

Pienso que el ciclismo de carretera se tiene que regular porque se trata de una competición deportiva, por más que la disimulen, en plena vía pública. No circulan para desplazarse a ningún lugar, hacen su deporte por donde el otro se ve obligado a circular. En el ayuntamiento de Xàbia ya están debatiendo la regulación de esta actividad en la carretera que une la localidad y Dénia, el puertecito llamado Les Planes. Pero esto no es suficiente para nada, porque se llenan también a tope las carreteras que llevan a Castell de Castells y La Vall d'Ebo. Son varios miles los que se lanzan cada sábado a hacer el etapón.

Yo he sido cicloturista durante muchos años y entiendo el derecho de la población autóctona a pasearse por su tierra en una bicicleta, lo que no entiendo es que vengan de todas partes a concentrarse aquí. Lo mínimo que debería tener esta gente es un medio de identificación, porque todas sus ilegalidades quedan impunes, no se multa ni a uno. Están obligados a circular un máximo de dos en paralelo y arrimarse lo más posible a la derecha. Lo que hacen es circular en grandes pelotones y bajar invadiendo prácticamente el carril contrario.

Aquí somos la tierra del buen rollito, el negrito amable abierto a la exploración. Probad a ir allí a Renania-Westfalia a invadirles las carreteras y veréis lo que os pasa.

La realidad es que vivir del turismo es vivir de vender tus recursos naturales y hasta de infraestructuras. No hay una buena forma de vida ni un progreso para un pueblo que vive del turismo, lo que hay es perder y perder, los salarios siempre decrecientes, la vivienda inasequible, la masificación, la gentrificación y, al final, la necesidad de marcharse del lugar en el que se ha nacido. Es completamente necio e inconsciente el pueblo que pretende vivir del turismo.

La mayor parte de las zonas turísticas de España se han ido degradando con el tiempo por la masificación: Salou, Torrevieja, La Manga, Torremolinos... Cuando ya se empieza a saturar todo, cuando ya se vive mal, lo bueno se marcha y lo malo se queda.

El ciclista de carretera tiene que tener una matrícula, un seguro y una licencia. La gente de otro país no tiene que venir aquí a hacer ciclismo. La autorización de las marchas ciclistas tiene que hacerse previo pago y por bastante dinero. Esto ya no es el turismo de playa, esto son hordas bárbaras que nos sacan de casa.

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© A. Noguera