4 de febrero de 2023
Actualización de la macro

El pasado 17 de junio publiqué mi último análisis macro en el que dije, entre otras cosas: "Hay que convencer a los productores para que aumenten la producción, porque este tirón del consumo se va a mantener. No creo que haya ninguna recesión, y si la hay será muy leve y breve. La economía quiere tirar, la gente cobra y quiere gastar, por eso no creo que se pueda bajar la inflación del 4%-5% en los próximos años".

También dije, sobre el S&P500: "Yo creo que hay ya infravaloración, la gente tiene demasiado miedo y descuenta demasiado". Ese mismo día el índice abrió ya subiendo un poco desde el mínimo del día anterior, de 3.666 puntos, para hacer una subida del 17% hasta el 16 de agosto. Luego, el 30 de septiembre, volvió a marcar un mínimo en 3.585, pero fue un mínimo muy breve, y ahora cotiza otra vez por encima de los 4.000 puntos.

Otra cosa que dije en ese análisis, y que se ha demostrado errónea, es que los tipos no podrían subir por encima del 3%. Están ya de cara al 5%.

¿Qué tengo que añadir con respecto a lo que dije hace siete meses? Prácticamente, nada. Ayer salió un nuevo dato de empleo en máximos, que se une a los salarios crecientes y el consumo fuerte. La economía apenas se ha frenado.

No es lo mismo subir tipos cuando tienes una burbuja inmobiliaria y una economía que vive de las hipotecas que subir tipos para modular una sobredemanda mientras das tiempo a que los productores aumenten su producción y los transportistas puedan dar abasto a los pedidos.

No va a haber un 2008, no va a haber un gran cataclismo económico. Los vaticinios de Pablo Gil sobre el tsunami económico que iba a venir no los tenía que haber visto, porque se equivocó completamente, y de hecho aquel día fue un gran día para comprar bolsa. Ya lo ha dicho siempre Buffett: el mejor momento para comprar acciones es ahora.

Hay algunos vídeos muy interesantes, por ejemplo, en éste de la CNBC se explica que se está detectando en EEUU una repatriación de la producción industrial y las cadenas de suministro, al tiempo que una creciente deslocalización de los empleos de ordenador. Esto hay que ponerlo en el contexto de los despidos que han llevado a cabo las grandes tecnológicas, despidos de gente que ha estado cobrando millonadas por picar código. Este abaratamiento de costes y aumento de la mano de obra disponible en el sector tecnológico pienso que es bueno porque hay mucho software por escribir, hay una gran necesidad de digitalizar todos los procesos productivos cuanto antes, especialmente teniendo en cuenta el coste creciente de la mano de obra.

Así que soy optimista, menos paro, más consumo, importación de talento útil. Las ganadoras de todo este proceso son, obviamente, las empresas de consumo discrecional, y también bancos y aseguradoras, aunque pienso que serán todas ganadoras, salvo que tengan mucha deuda, porque los tipos no creo que vayan a bajar en varios años.

No soy tan optimista con la cotización de las grandes tecnológicas, porque siguen con el PER demasiado alto. Lo normal es que estén años subiendo muy poco, hasta que tengan beneficios suficientes para hacer sus valoraciones atractivas. El problema es que estas empresas están en el proceso de pasar de empresas de crecimiento a stalwarts de Peter Lynch, ni el iPhone, ni Azure, ni el buscador, ni AWS son productos nuevos que puedan crear nuevos mercados, su crecimiento va a ir frenándose.

En España, soy también optimista, todas las Navidades se las pasaron los turistas por las montañas, y luego en enero casi igual, parece que muchos están ya deslocalizados y trabajan desde aquí, o que consiguen varias semanas no presenciales sin consumir sus vacaciones. El inmobiliario sí que se va a hundir, pero eso para mí será buena noticia, y el consumo va a seguir fuerte con el paro bajando. La situación no es muy diferente de la de EEUU, siempre en nuestra mediocridad, pero el euro barato es para nosotros oxígeno puro, como también lo es la repatriación de la producción industrial, porque fuimos de los mayores perdedores por las deslocalizaciones, dada la calidad mediana de nuestra industria. Donde sí que hay que tener cuidado es en la política, que no nos entre un zote malasombra que intente reflotar pymes sacrificando al trabajador, me gusta más el discurso de Yolanda Díaz, reindustrializar España y hacer crecer el Estado.

No estéis en el pesimismo, la era de Acuario no quiere al pesimista, hay que fluir con los cambios a cuerpo limpio y pecho descubierto.

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© A. Noguera