17 de mayo de 2022
Musk está atrapado

Pues ya va quedando claro lo que quiere hacer Musk, ganar tiempo y rebajar el precio. Por filtraciones de alguno de los implicados, parece que sigue buscando financiación, quiere emitir preferentes y está en conversaciones con algunos grandes bancos, pero parece que aún le van a faltar algunos miles de millones (menos de $5.000 en todo caso). La financiación primera que presentó, con préstamos bancarios avalados con sus acciones de Tesla, no le funciona tan bien ahora porque con las bajadas recientes la cosa se ha apretado más. Puede vender más acciones de Tesla, pero no quiere hacerlo, prefiere jugar sucio, llamar la atención, hacer el notas, lo normal en él. Se rumorea que podría estar vendiendo acciones de Space X, que al final está valorada por encima de $100.000 millones y él tiene casi la mitad de eso. Es decir, que dinero le sobra, lo que pasa es que le viene mejor hacerlo a su manera.

Musk está pillado, ya puede pegar cornadas. Ayer lo explicaba muy bien Ajit Pai, antiguo presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones, en la CNBC: una vez que se firma el contrato, las dos partes tienen que hacer "reasonable best efforts" para consumar la transacción, no puede ninguno de los dos dejar la transacción "en espera" porque le da la gana. Aparte, hay una cláusula que habilita al consejo de administración de Twitter a obligar a Musk a liquidar patrimonio (normalmente acciones de Tesla o Space X) para dar liquidez a la transacción. No se trata sólo de $1.000 millones de penalización, realmente Musk no se puede salir unilateralmente, y si lo hace la jurisdicción de Delaware le dará un buen palo, porque hasta ahora nunca han dejado que se salga nadie de estas operaciones por no querer pagar. Lo normal es que, en caso de juicio, le obligaran a completar la operación y a pagar liquidando acciones de Tesla.

La excusa que pone Musk de las famosas cuentas falsas es una completa estupidez y una pataleta que no va a ninguna parte. Salvo que Twitter haya mentido de manera abierta a la SEC, aquí lo que habrá es la eterna discusión sobre qué se considera cuenta falsa. Twitter tendrá sus criterios, que serán más bien restrictivos, y Musk querrá poner los suyos, que serán más amplios. La realidad es que ningún anunciante paga por un número X de usuarios en ningún soporte, lo que hacen es poner algo de publicidad y ver si funciona, lo que en el sector llaman el "control de efectos". Pueden mirar si ha aumentado su propia facturación, pueden hacer encuestas a clientes para ver si compraron por ver el anuncio, pueden rastrear menciones suyas en las redes sociales, y muchas cosas más, que son el trabajo de los publicistas. Elon Musk de esto se ve que no tiene ni puta idea.

La publicidad en estas redes sociales en concreto se subasta y cada anunciante decide qué precio está dispuesto a pagar. La publicidad es una cosa muy variable, hay productos que se adaptan mejor a unos soportes que a otros, depende también de la habilidad del creativo a la hora de diseñar el anuncio. Cuando se alquila una valla publicitaria, nadie va pidiendo al dueño de la valla que demuestre de manera fehaciente cuántas personas van a pasar cada día por esa calle y cuántos ojos verán el anuncio, simplemente le dan la valla al que más paga y ése ya se preocupa de poner un anuncio que funcione, y si no, pues no se anuncia más. Hasta ahora, no hay ninguna reclamación de los anunciantes del Twitter, se supone que la publicidad les funciona. Musk lo único que está haciendo es inventar estupideces para desviar la atención.

Se habla del caso reciente de la adquisición de Tiffany por parte de LVMH. La cosa empezó en noviembre de 2019 y, al saltar la pandemia, LVMH se intentó echar atrás. Tiffany puso una demanda en septiembre de 2020 para obligar a LVMH a pagar, pero en octubre se llegó a un acuerdo extrajudicial para descontarle a LVMH un 2,5% del precio y dejar el tema zanjado. Pero aquí no se jugó tan sucio como ha jugado Musk, y el tema de la pandemia era grave, no se sabía si se podrían volver a abrir las tiendas, la facturación estuvo a cero durante muchos meses. Y, en todo caso, el descuento ha sido mínimo.

Pienso que hay que proceder ya contra este tío judicialmente. Intentar rebajar el precio de una transacción ya acordada a base de tirar mierda sobre la empresa, amenazar con romper el contrato, poner en duda la veracidad de los reportes oficiales, hundir la acción… Tiene que haber algo de seguridad jurídica. Pienso que no hay que tenerle tanto miedo a iniciar un juicio, puede que se tarde más en cobrar pero se cobra, por mi parte yo no le abarataría ni un céntimo. Sí que recomendaría a Twitter que se andase con pies de plomo, porque es claro que va a intentar aprovechar el más mínimo error para salirse sin pagar. Va a intentar decir de todo, que el algoritmo es otra estafa, que desde que se firmó el contrato han dirigido la empresa para perder dinero deliberadamente, cualquier mentira puede inventar. Una familia que se forró con el Apartheid en Sudáfrica explotando negritos en una mina de diamantes, ¿qué se puede esperar de esa gentuza? Ahora especula con una supuesta demora, pero quien más prisa debe tener es él, que tiene su patrimonio en un burbujón que está pinchando, como es Tesla, y que, si acaba todo en un largo juicio, puede verse obligado a pagar por un Twitter ya muy mermado de valor, tras una larga sangría de talento. Y pagará precio completo, más intereses de demora, más costas judiciales, más indemnizaciones por daños y perjuicios. Acabará como Nelson Bunker Hunt.

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© A. Noguera