31 de julio de 2020
Mi opinión sobre el patrón oro

Suena un ruidillo de fondo sobre la vuelta al patrón oro, que veo imposible actualmente, y me gustaría dar mi opinión.

El patrón oro ha sido un grave error que han cometido todos los países que lo han adoptado, y la prueba es que todos han debido abandonarlo después de atravesar graves crisis deflacionarias.

Lo que ocurre cuando se impone un patrón oro sin que se elimine el multiplicador bancario es que los estados quedan atados de pies y manos y no pueden crear masa monetaria en absoluto, y sin embargo unas empresas privadas dirigidas con total inconsciencia e ignorancia como son los bancos están habilitadas para crear cuanta masa monetaria consideren conveniente. Cada vez que dan un crédito, se convierten en emisores de moneda sin respaldo, y esa bola se va inflando e inflando sin que nadie la controle hasta que estalla más adelante. Cuando esto ocurre, quiebran los bancos (lo que no implica que los banqueros no sigan siendo ricos) y se entra en un proceso deflacionario como el que vivimos actualmente, es decir que se contrae la masa monetaria, y eso es extremadamente doloroso. Una crisis de crédito es casi imposible de soportar si se intentan seguir las esencias del mercado, se intentó del 29 al 31 en EEUU y tuvieron que tirar la toalla, quitar el patrón oro y reponer una parte de la masa monetaria que se estaba perdiendo. Lo contrario hubiese llevado probablemente a la revolución o a la tercermundización.

Opinaba Soros en The Alchemy of Finance que los mercados tienden al desequilibrio y que están condenados antes o después a ser intervenidos por las autoridades. Yo estoy de acuerdo, y en el tiempo que tengo de vida he visto que, cuanto menor ha sido la intervención estatal, más grande ha sido la crisis posterior.

Entonces, como ya digo, impedir al Estado la creación de masa monetaria y permitírselo a cualquier banco me parece pegarse un tiro en el pie.

Y yo propongo justamente lo contrario: impedir el multiplicador bancario y permitir la creación de masa monetaria únicamente al legítimo emisor de esa moneda, obviamente el Estado.

Un sistema sin multiplicador bancario funcionaría de esta manera:

  1. Se emite una moneda digital con blockchain y se prohíbe toda transacción en efectivo.
  2. Se obliga a quien da un crédito a descontar esa cantidad de su monedero, lo que elimina el multiplicador bancario y deja la masa monetaria en una cantidad fija. Ahí desaparecen tanto la inflación como la deflación, ya no puede haber crisis de crédito.
  3. El Estado emite moneda en cantidades moderadas como medio de reparto de recursos, lo que genera una cierta inflación y obliga a una mayor velocidad en la circulación de ese dinero. Esta inflación es perfectamente controlable por el banco central y actúa a modo de impuesto sobre el capital.
  4. Si ocurre que aumenta la velocidad de circulación de modo descontrolado, lo que me parece muy difícil pero no imposible (vamos a poner que hay una desconfianza generalizada en esa moneda), el banco central sólo tiene que poner un impuesto directo, retirar ese dinero y amortizarlo, lo que frenaría la inflación.

Con este sistema, el crecimiento económico sería lineal y la economía nunca se iría de las manos como ha venido ocurriendo cíclicamente (la última en 2008). Tampoco sería posible toda esa cantidad de actividades ilegales basadas en el efectivo, como cobrar comisiones por barriles de petróleo de Arabia Saudí o similares. Tampoco sería fácil la evasión de impuestos, porque por mucho que se escondiese el dinero igualmente se iba a inflacionar.

Esto que lo lea Guindos y se lo pase a Lagarde, si quieren les hago un Informe en el expediente del nuevo sistema monetario, al estilo Jovellanos.

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© A. Noguera